Confiados en tu misericordia,
nos acercamos a ti, Señor,
para ofrecerte
de nuevo la vida;
para entregarte nuestra voluntad.
Venimos con María,
nuestra madre,
en la presencia de tus santos, Señor.
Venimos a cantar tu
infinita bondad,
el triunfo de tu gracia, nuestra libertad.
Con tu amor y gracia, Señor, caminaremos.
Con tu amor y gracia, Señor, caminaremos.
Cielo nuevo, nueva canción,
proclamaremos.
Funde a fuego nuestra misión,
lánzanos a la aventura.
Manos que parten pan,
consagrado el andar.
Eterno Señor de todas las cosas,
Eterno Señor de todas las cosas,
seguimos tu bandera.
Conoces de sobra nuestra humanidad;
fecunda nuestras miserias,
refunda nuestras fronteras.
Hay hambre en el mundo de hoy;
Hay hambre en el mundo de hoy;
hambre de pan y justicia, Señor.
Toma nuestros
brazos, queremos servir,
contigo, el Reino construir.
Confiados en tu misericordia,
Confiados en tu misericordia,
nos acercamos a ti, Señor.
Venimos a cantar tu
infinita bondad,
el triunfo de tu gracia, nuestra libertad
Con tu amor y gracia, Señor, caminaremos.
Con tu amor y gracia, Señor, caminaremos.
Cielo nuevo, nueva canción,
proclamaremos.
Funde a fuego nuestra misión,
lánzanos a la aventura.
Manos que parten pan,
consagrado el andar.
Con tu amor y gracia Señor,
consagrado el andar.
Esta canción me habrá de haber llegado en un sin fin de ocaciones, la tocaba muchísimo y de esta se desprendian los mismos sentimientos en Lux Mundis, Liturgias, Misas, en fin, hecha y construida para este proposito; enviar y formar de buenas obras la confianza puesta en el Señor hecha obras en amor, dejarnos listos para ser enviados y servir por Amor a Dios, para hacer de este mundo un lugar mejor.
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